jueves, 31 de octubre de 2013

Un enorme Suceso - Capitulo 2 -

CAPÍTULO
2

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Changmin sonrió, sus labios no demasiado lejos del oído de Junsu. —¿Cuál es ese dicho? Si tienes que preguntar es que lo estoy haciendo mal.

—Ja, ja. Sabes a lo que me refiero. ¿Qué estás haciendo Changmin? ¿Por qué de repente vienes sobre mí?

—¿Es eso lo que estoy haciendo?


—Bueno, cuando alguien pone sus manos en mi trasero, eso es lo que pienso que está haciendo —Junsu dijo. Notó que Changmin no había movido las manos de su trasero.

La sonrisa de Changmin era pícara. —Está bien, así que sí, lo estoy haciendo.
—¿Por qué?
—Tal vez deberíamos hablar de esto en otro lugar.

Junsu empujó los hombros de Mitch, pero el hombre no se movía. —¿Hablar de qué? Nos acostamos una vez hace años —Junsu dijo—. ¿Y qué? ¿Quieres repetirlo?

—Sí.

Junsu pestañeó, aturdido. No esperaba que Changmin lo admitiera.

Changmin atrajo a Junsu tan cerca que casi chocaron, bajó su boca hasta el oído de Junsu, su cálido aliento acariciando la piel de Junsu, y susurró: —Quiero follarte, Junsu. Quiero llevarte a casa, desnudarte y follarte por horas hasta que estés tan exhausto para hacer nada más que gemir mi nombre.

Su polla se puso dura al instante y escalofríos subían por la columna de Junsu. Cerró sus ojos y se apoyó contra Changmin. Era tan injusto que se derritiera tan fácilmente por este hombre.

—¿Junsu? —Las palabras susurradas agitaron el cabello castaño rojizo de su cuello, piel de gallina cubriendo su cuerpo—. Larguémonos de aquí —Changmin gruñó. Su mano cerrada sobre la mano de Junsu, y tiró de él fuera de la pista de baile pasando las mesas llenas del bar.

—Hey, ¿dónde van? —Yunho gritó por detrás de ellos.

Changmin apenas se detuvo mientras empujaba la puerta del bar para abrirla y gritó sobre su hombro: —Hablamos luego.

El aire frio de la noche golpeó a Junsu en la cara y tuvo casi el mismo efecto que un vaso de agua fría siendo arrojada a él. —No deberíamos, probablemente.

Changmin lo empujó contra la pared más cercana, enmarcando su cara con sus grandes manos, y aplastó sus labios contra los de Junsu. Dudas volaron por su mente mientras los labios que solo había probado una vez antes cubrían los suyos. Changmin gimió dentro del beso, abriendo su boca dando paso a que la lengua de Changmin invadiera su boca.

—¿Por qué no deberían? —Él no lo recordaba ahora. Y no quería hacerlo. Su duro pene palpitaba dentro de sus pantalones. Estaba tentado a trepar por el cuerpo de Changmin.

Changmin rompió el beso —Vamos, mi casa está cerca. Iremos en mi auto.

Y Junsu se encontró a si mismo dudando otra vez. No quería encontrarse sin una forma para regresar a casa una vez que terminaran de tener sexo.
—Tal vez deberíamos ir en autos separados —se aventuró a decir.

Por un segundo, Changmin se veía como si quisiera argumentar, pero asintió. —Está bien. ¿Necesitas la dirección? ¿O puedes seguirme?

—Te sigo. —Junsu se apresuró a su auto. No queriendo demorarse o pensarlo mucho. Sabía que para él sería fácil retractarse de hacer esto. Realmente no había superado su enamoramiento y acostarse con Changmin no iba a ayudar. Para nada.

Pero igual, Junsu lo haría

Se dirigió a su pequeño auto deportivo y siguió la camioneta de Changmin las pocas calles que se demoraron en llegar a la modesta casa estilo rancho de Changmin. Se dio cuenta que esta era la misma casa en la que Changmin vivía cuando lo conoció. Donde había ido a verlo cuando fue a visitarlo después del asesinato del padre de Changmin. Junsu vagamente se preguntó si ahora que ganó la lotería, Changmin compraría una nueva casa.

Después de estacionarse en frente de la casa de Changmin, Junsu salió de su auto. Changmin había aparcado frente a la entrada de su casa y ya estaba abriendo la puerta de su casa.

—Esta era la casa de tus padres —Junsu dijo.
—Lo era. Sé que es algo sentimental de mi parte todavía vivir en ella. —La sonrisa de Changmin era un tanto avergonzada—. Pero se siente como mi hogar. —Ellos entraron a la casa.
—¿Entonces no planeas mudarte?

—No, por ahora, no. —Changmin se encogió de hombros. Y cerró la puerta por detrás de ellos—. ¿Quieres algo para beber?

Junsu negó con su cabeza. No veía una razón para postergar algo que ambos querían. —Nop, solo quiero que me folles.

Los ojos de Changmin estaban muy abiertos y sus fosas nasales se dilataron. —Genial, eso es lo que yo también quiero. Por aquí, por favor.
Hace años, cuando ellos habían tenido sexo, habían empezaron besándose en la cocina, sintiéndose el uno al otro hasta que eventualmente hicieron su camino a la habitación de Changmin. Ahora notó que Changmin lo dirigió a otra habitación, sin dudas la habitación principal.

En el momento que pasaron bajo el marco de la puerta Changmin atacó. Agarró a Junsu de la cintura e hizo su camino hacia la cama king-sized. Cubriendo los labios de Junsu con los suyos propios, Changmin lo devoró, apenas dándole tiempo para respirar, para pensar.

Changmin aterrizó en la cama, incluso mientras las manos de Changmin iban hasta el dobladillo de la camisa de Junsu, levantándola, mostrando su piel pulgada a pulgada. Temblando, Junsu intentó ayudar, pero Changmin empujó sus manos lejos.

—Déjamelo a mí —Changmin dijo contra sus labios—. Cierra tus ojos, solo siente.

Junsu cerró sus ojos mientras Changmin le sacaba completamente su camisa, posando besos por toda su cara, bajando por su garganta hasta su pecho, la lengua de Changmin rodeó su pezón.

—Oh, Dios —Junsu gimió.

Los dedos de Mitch tiraron de la cinturilla de los pantalones de Junsu, él levantó su cintura permitiendo que

Changmin le sacara sus pantalones y calzoncillos. Mantuvo sus ojos cerrados, sintiéndose vulnerable al estar desnudo y Changmin completamente vestido. La sensación del algodón de la camiseta de Changmin rozando su pecho y estómago, tenía a Junsu jadeando.

Deslizó una de sus manos hasta su polla, incapaz de resistir el tocarse a sí mismo. Junsu envolvió su mano en torno a su longitud, sin poder evitar que un quejido se derramara de sus labios.

—Dios, eres tan sexy así. Resiste, voy por el lubricante y un condón. —Presionó un beso sobre los labios de Junsu—. Mantén los ojos cerrados.
Junsu mordió su labio, aumentando la velocidad de sus caricias, bajando una de sus manos para sostener sus bolas entre su pulgar y dedo índice.
Escuchó rebuscar a Changmin a través de un cajón cercano. El aliento de Junsu se atascó. Apenas podía creer que estaba en la cama de Changmin, esperando que su hombre de fantasía lo follara.

Changmin se arrodilló al lado de la cama una vez más, y luego cubrió el cuerpo de Junsu con el suyo propio. Liberando temporalmente las manos de su erección, Junsu pasó sus manos por sobre la musculada espalda de Changmin.

—Tu cuerpo es asombroso —murmuró Junsu.

—Mmm. —Los labios de Changmin bajaron hasta los suyos, devorándolo, su lengua embistiendo dentro de su boca. La cabeza de Junsu nadaba en el deseo—. Quiero saborearte.

Junsu apenas podía pensar mientras Changmin bajaba por su cuerpo dejando besos por todo su torso. Su estómago tembló.

Sus piernas fueron levantadas por dos manos fuertes. Sosteniendo su aliento, Junsu esperó. Fue insoportable para él esperar a que Changmin lo engullera.

Y luego sucedió, su abrasador aliento chocó la punta de su polla. Junsu casi se corre, apretó los dientes y clavó las uñas en la cama debajo de él. Su polla profundamente enterrada dentro de la boca de Changmin. Los ojos de Junsu se pusieron en blanco mientras ola tras ola de lujuria líquida lo envolvía. Se condujo a si mismo dentro de la pecaminosa boca que lo succionaba.

—Dios, Dios, siii. ¡Changmin!

Changmin tarareó alrededor de su pene en respuesta, enviando sacudidas a través de su saco. El sonido del lubricante saliendo a chorros tenía a Junsu gimiendo y sacudiéndose con la necesidad de venirse. Los dedos de Changmin se deslizaron a través de sus nalgas y dentro de su agujero. Los dedos expertamente lo extendieron, dilatándolo. Podía recordar cuán grande Changmin era, aun a pesar de todo los años pasados.

Su polla fue liberada con un fuerte pop, golpeando contra su muslo.

—Por favor —rogó, demasiado caliente como para preocuparse por lo patético que sonó—. Fóllame.

—Lo haré. —Un chorro de lubricante fue exprimido de un envase.
Usó una de sus manos para apoyarse mientras se inclinaba para un mejor acceso; su otra mano regresó a bombear su miembro el cual estaba a punto de explotar.

Changmin lo alcanzó y agarró sus piernas arrastrándolo a lo largo de la cama acercándolo a él. —¿Todavía tienes los ojos cerrados?

—Sí.

—Mmm, bueno.

«Muuuuy bueno».

El hombre empezó a adentrarse en él, estirando su agujero, deslizándose relativamente fácil por el anillo de músculos. Deslizándose más fácilmente que la primera vez que lo hicieron.

—Demonios. —Changmin respiró profundamente y de repente se lanzó hacia adelante, enterrándose más profundo dentro de Junsu.

—Ah, cielos, eres grande —Junsu dijo con una protesta a medias y resopló una risa.

—Tú estás casi tan apretado como la primera vez —Changmin gruñó.

Junsu abrió su boca para replicar, pero cuando Changmin se movió en un empuje adentro y afuera, una y otra vez, olvidó todo lo que iba a decir. El cuerpo estrellándose con el suyo era su único objetivo.

Bueno, no el único. Junsu se masturbó a si mismo fuerte y rápido, casi igual al ritmo de las embestidas en su trasero. La cama crujía por debajo de ellos, pero en vez de causar que Changmin fuera más lento o más gentil, Changmin aumentó el ritmo y el poder de las embestidas, casi castigándolo.

Los testículos de Junsu se apretaron más y más fuerte, su vientre y columna hormiguearon con la cercanía de su liberación.

—Uhhhh —Junsu jadeó, cuando su polla entró en erupción dentro de su puño, su semilla rezumando sobre sus dedos.

Changmin golpeó más duro dentro del culo de Junsu, los ojos de Junsu se abrieron repentinamente queriendo ver la expresión de Changmin cuando se viniera. Gotas de sudor aparecieron en la frente de Changmin y su cara estaba roja por el esfuerzo.

—Oh, Dios —Changmin gritó, empezando a perder el ritmo de las embestidas, sus mejillas sonrojadas con un rojo oscuro.

Demasiado desgastado para moverse, Junsu observó a Changmin levantarse y salir de la cama. Sus pestañas se sentían pesadas y amenazaban con cerrarse una vez más, supuso que debería decir algo. Por ejemplo: “Me iré tan pronto como recupere el aliento”. Algo como eso, porque no quería que Changmin pensara que no sabía que era solamente otro encuentro de una sola noche. Pero no lograba forzarse a sí mismo a hablar, no podía hacer el esfuerzo.


Y luego Changmin regresó a la cama y lo atrajo a sus brazos, y Junsu olvidó que debería estarse yendo. 

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